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Frutas en modo comodito

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El gaditano Juancho Pérez Prado crea Frutal, una empresa que sirve a domicilio tarrinas individuales de frutas surtidas ya cortadas y listas para comer. El pedido mínimo es de 3 recipientes

Las tarrinas de frutas ya preparadas tan sólo para cerrarse y servise al domicilio de los clientes. Cada una lleva siete variedades de fruta. Foto: Cosasdecome

Texto: Pepe Monforte

Juancho le quita hasta las pepitas a las uvas. Es un tío cuidadoso. Los días de “producción” como el llama a las jornadas en que corta y envasa la fruta, se mete en su microfábrica de la barriada de San Severiano a las ocho de la mañana y no sale hasta las diez de la noche. La radio es su única compañera y dale que te pego al cuchillo. Este tiempo es el que emplea en preparar las tarrinas que repartirá al día siguiente. Llevan siete tipos de frutas diferentes, todas cortadas, limpias y listas para comer. El melón va sin semillas y cortado en bolitas, las uvas, de las rojas, van sin pepitas, pero con piel y las manzanas sin corazón y sin la piel. Para conservarlas en perfecto estado el único “truco” que utiliza es ponerlas un rato en zumo de naranja natural. Esto hace de antioxidante y evita que los trozos de fruta se pongan negros…”y nada más” resalta este directivo de banca reconvertido a frutero de nueva generación.

La historia de “Frutal”, como ha llamado a su empresa de entrega a domicilio de tarrinas de fruta cortada, comenzó en el Reino Unido, aunque en verdad empezó a gestarse cuando Juan Manuel Pérez Prado, que es el nombre oficial de Juancho, como le conocen sus amigos, se quedó en la calle por la sinvergonzada de Bankia, para que vamos a andar con eufemismos. A sus 47 años, después de muchos años como directivo de este banco y de Cajamar, se veía obligado entre marcharse a Madrid o la baja incentivada, otro eufemismo por el que te ponen en la calle pero con un dinerito de indemnización. Juancho prefirió irse a la calle y dar un giro a su vida. Ya antes había tenido contacto con el mundo de los emprendedores, lo que antes, se llamaba empresarios y todo aquello le vino bien.

Juancho Pérez Prado delante del logotipo de su empresa. Foto: Cosasdecome

 

Un viaje para ver a su hijo que estaba estudiando en el Reino Unido le puso sobre la pista. Vió allí que había sitios donde se vendían unas tarrinas con fruta cortada. Es más, vio que tenían clientes. Compró algunas y comprobó, con sorpresa como su hijo, que eso de pelar las “narajas” lo llevaba mal, se lo comía todo. Es más, hasta Juancho, que no solía tener tiempo para quitarle la piel a las manzanas y terminaba cogiendo al final un yogur del frigorífico, también las comía. Ya en Cádiz pasaba las noches haciendo pruebas con la fruta para ver como se conservaban mejor. Su objetivo era hacer algo sencillo, saludable pero, sobre todo, natural y cómodo: Intentar que el producto llegara al cliente sin alterar. La solución la encontró en unas tarrinas de pec (un producto parecido al plástico) de primer uso, destinadas a la alimentación y que se cierran de forma hermética. No se le aplica ni afmósfera protectora ni se le inyecta ningún gas.

Lo demás ya fue preparar al proyecto desde el punto de vista económico. Ahí tenía ventaja porque de numeritos sabe una jartá. Antes de que terminara 2013 Juan Maneul Pérez Prado ponía en marcha Frutal con el lema “100% natural”. Todo el proceso es completamente artesanal. La fruta se corta a mano. Las compra en la lonja de Cádiz, toda fresca y “buscando las frutas de temporada. Vamos cambiando conforme va siendo momento de una especialidad u otra. Hay algunas frutas que no podemos utilizar, como el plátano, porque se deterioran en muy poco tiempo, pero la mayoría soportan bien el tema. Solemos poner también alguna fruta exótica porque eso gusta a nuestros clientes.

El resultado ha sido “muy bueno” según explica Juancho. Ya supera unas ventas semanales de 400 tarrinas. El grueso de la clientela está en la ciudad de Cádiz. Los días de reparto Juancho coge su moto y va casa por casa llevando la mercancía. Cada tarrina, con 200 gramos de fruta pelada, limpia y cortada, vale 1,5 euros. El pedido mínimo es de 3 y no cobran gastos de envio. La fruta se conserva en perfecto estado durante cuatro días. Este pequeño empresario señala que la forma de trabajar de su empresa, con dos días de reparto a la semana, permite tener fruta disponible siempre sin ningún problema. “Nos la compras los lunes y los jueves, metes las tarrinas en la nevera y tan sólo tienes que sacarlas y comerlas, sin más molestias. La mayoría de los clientes las toman solas pero otros la añaden un yogur y los más sibaritas algo de nata o chocolate”.

Las tarrinas se preparan bajo pedido por lo que siempre el producto se sirve un día después de envasado. Los pedidos se pueden hacer por teléfono en el 654840929 o también por WhatsApp. Esta herramienta de los teléfonos móvil, que permite mandar mensajes gratis, está siendo la principal herramienta de “marketing” de Frutal. Juancho les envia un mensaje preguntando si quieren recibir fruta y los clientes responden. Otra forma de trabajar que le está dando resultado es repartir en los lugares de trabajo de sus clientes de tal manera que otros compañeros se enganchan a lo de comer fruta…en comodito. Por el momento todo lo hace él: cortar, limpiar, envasar y repartir, pero espera crecer y que Frutal se convierta en un proyecto rentable.

Pinchar aquí para entrar en la página de Frutal.

El envase de Frutal tal como llega al cliente. Foto: Cedida por Frutal

 

 

 

 


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