Dos hosteleros gaditanos han rehabilitado el establecimiento, conservando algunos de sus elementos característicos como el mostrador y la volverán con vinos a granel que se podrán acompañar de chacinas, conservas y mariscos al peso
Texto: Pepe Monforte
Habrá que esperar todavía a que pase la Semana Santa, pero La Carbonera de Cádiz, uno de los últimos “baches” que había en la ciudad, volverá a abrir en la Calle San Fernando, justo al lado de la plaza de San Juan de Dios, ahora transformada en taberna de esas donde ir a tomar un vino de barril acompañado de algo de picar. Se recupera así uno de los nombres míticos de la hostelería gaditana que abrió sus puertas en el año 1910 y que debe a su nombre a una carbonería que había anteriormente en el local. El establecimiento cerró el 1 de enero de 2015.
Germán Lloret tiene 43 años y una larga trayectoria en la hostelería. Llegó a gestionar durante algún tiempo la bodega Los Apóstoles de la Cuesta de Las Calesas y luego La Mentirosa de El Mentidero. Ahora ha decidido meterse en una nueva aventura, esta vez con su socio Pepe Moreno, de 33 años, y que ya ha trabajado con él en La Mentirosa.
Los dos llevan ya varios meses con el proyecto y las obras de adaptación del local están muy avanzadas. “Lo más costoso ha sido adaptarlo a la nueva legislación y a la vez mantener la personalidad del local”.
La Carbonera mantendrá intacta su barra de madera con más capas de pintura que una farola de La Alameda y también su techo de vigas vistas. También habrá barriles de vino para que se puedan tomar manzanillas de Sanlúcar y finos de Chiclana a granel, aunque se han cambiado las botas y ahora habrá unas más pequeñas para que el vino se conserve mejor. Mantendrán incluso el “Arroyuelo”, el fino de las bodegas Collantes de Chiclana, que caracterizaba al local, aunque también tendrán manzanilla a granel de las bodegas Argüeso. Se conservará también otro elemento característico de La Carbonera, los grandes ventiladores que colgaban del techo.
Si han cambiado el suelo, que será ahora de losas hidraúlicas, que le darán un sabor añejo al local. En las paredes habrá incluso un jardín vertical (plantas en la pared), otro elemento ahora de moda en la decoración. De ello se ocupa Marta Carrillo, la esposa de Pepe Moreno y también la hermana de Pepe, Esperanza, que también ha diseñado la imagen del establecimiento. Fuera, también se mantendrá la estética de la fachada, aunque se colocará el logotipo en madera para darle un poco más de glamour al establecimiento.
Habrá una pequeña terraza con mesas altas.
En lo gastronómico, además de los vinos de barril y de la cerveza Cruzcampo, de la que tendrán dos equipos de barriles, para así garantizar que esté en su punto de temperatura, se podrá picar a base de tapas típicas de las tabernas como las chacinas y quesos que se complementarán con ensaladas y aliños, algunas tostas, montaditos y algunos guisos de cuchara que irán variando. Se podrá también tomar marisco al peso. Tendrán habitualmente gambas, langostinos, camarones, burgaillos y mejillones.
Los dos hosteleros se muestran muy ilusionados con la apertura del negocio “y de recuperar un sitio muy típico de la ciudad, aunque logicamente adaptado al siglo XXI y cuidándolo mucho todo”. Germán recuerda incluso que de pequeño vivía en la calle Flamenco “por lo que conocía a al perfección el local y su historia”.
Por el momento no tienen fecha de apertura cerrada, “aunque esperamos que sea poco después de Semana Santa”.