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50 años sirviendo felicidad

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El Faro de Cádiz celebra su medio siglo de vida con una serie de jornadas gastronómicas y menús especiales  en un intento de agradecer a sus clientes el apoyo recibido

Una de las fotos más antiguas que se conservan de los comienzos del restaurante El Faro. Puede verse la zona de la barra. Foto: Cedida por el restauante El Faro.

Texto: Pepe Monforte

Lo primero que sirvió Gonzalo Córdoba aquel día del mes de abril de 1964 fue una ración de acedías fritas. Se las había comprado a Guillermo Franco. Gonzalo, 80 años, recuerda perfectamente aquel día. Durante unos años había gestionado, en la misma calle, “El Pasiego” un ultramarinos en el que, como era costumbre en Cádiz, servía sus cositas a los clientes. El local de la esquina se quedó vacio y su amigo Diego Garrido, que por entonces gestionaba la bodega “Nicanor”, le alertó. Le pidieron un millón de pesetas por el traspaso, un dineral. Los amigos le dijeron que estaba loco al pagar eso por un local en el “mísero” barrio de La Viña, alejado del centro donde estaba el Cádiz de las buenas carteras. Por entonces comer en un restaurante de tronío no costaba más de 6o pesetas, postre incluido. Gonzalo se empecinó en el proyecto y su amigo Diego, con el respaldo de su hermano Nicolás, le avaló ante la Caja de Ahorros de Cádiz para que le dieran 700.000 pesetas para poner en marcha el negocio. Las otras 300.000 salieron de lo que habían ahorrado el y Pepi, con la que se casó en 1958, trabajando en El Pasiego a base de horas y horas detrás de mostrador de almacén.

Gonzalo dio ayer, en poco más de 15 minutos, una lección de vida, casi de filosofía, a pesar de que sus únicos estudios son lo que aprendió en el colegio de La Salle y lo que ha cogido, que para eso siempre ha sido listo, atendiendo a la gente. En su discurso, sin papeles, y con un vasito de agua para descansar en medio, agradeció a sus hijos que “me homenajeen en vivo”. Se alegró de haber triunfado como empresario y lamento que eso le había perjudicado en su vida familiar. Dijo que había hecho lo que le gustaba y destacó que sus mejores armas para el negocio habían sido la honradez y el cariño hacía sus clientes. Dijo que se había dedicado a “servir felicidad”.

Se definió como “de los de poner la proa palante aunque me pueda dar contra el muro”, pero afortundamente durante estos 50 años tan sólo se ha encontrado con los muros del éxito. Gonzalo, que en la tradición de los chicucos de Cádiz durmió de chico entre sacos de garbanzos y habichuelas,  se acordó de su amigo Nicolás “El del Lucero” que me dejo 10 mesas para que pudiera abrir. Se acordó de que compró 40 sillas de las de tijera,  las que se usaban para ver pasar la procesión del Corpus, porque eran las más baratas.  Pero el público acudió en tropel a su oferta de pescado f traido de Sanlúcar y a su fritura de mojarras, un pescado de roca, ahora ya pasado a segunda división, pero que era entonces una de las estrellas de comé de Cádiz. Entonces El Faro competía en “excelencia” friendo las mojarras con El Maestrito, una taberna que había en la calle de la Paz donde la acompañaban con unas memorables papas aliñás, bien cargadas de sal.

Gonzalo Córdoba en una de las primeras fotos que se conservan de él en el primitivo Faro, cuando era tan sólo una taberna. Foto: Cedida por el restaurante El Faro.

 

 

El creador de la nueva cocina gaditana, contaba en su discurso como la gente cogía las cajas de cerveza para sentarse en el bar, poque no había sitio. Gonzalo dejo de se un loco que se atrevió a abrir un bar en el barrio de La Viña para convertirse en el hostelero más cantado de la Bahía de Cádiz. Sus tortillitas de camarones “acunadas con una cuchara”, como gusta definir la forma en que las hace, llegaron a las mesas más exquisitas y por su taberna del barrio de la Viña, convertida ya en “luz de la cocina gaditana” ha pasado toda persona importante que haya venido a la ciudad.

Gonzalo no habló en su discurso de la cantidad de premios que ha obtenido, entre ellos la medalla del Trabajo, de los miles de abrazos que ha recibido, de su papel principal en la historia de la gastronomía gaditana en la segunda mitad del siglo XX,  la cantidad de tortillitas y patés de cabrachos vendidos,  tan sólo dió las gracias a los clientes  y se congratuló no sólo de que sus hijos hayan hecho crecer el negocio sino que ya sus nietos se estén preparando para el relevo. Previamente a é habían intervenido Maite, que regenta el restaurante creado por su padre, Fernando, el mayor y gerente de El Faro de El Puerto y José Manuel, que comanda el Ventorrillo del Chato y también el último negocio puesto en marcha por la familia Barra Siete, un concepto innovador basado en el tapeo.

Gonzalo Córdoba, en el centro de la foto, junto a su hija Maite (traje blanco) y su marido, Manolo. En la foto también aparecen José Manuel Córdoba, con Esther, su mujer y Fernando Córdoba, con Ana, su esposa. La foto corresponde a este mediodía en la presentación del programa del aniverssario. Foto: Cosasdecomes

 

 

Los hermanos presentaron los actos que tendrán lugar a lo largo del año para celebrar los 50 años del establecimiento. Estos se centrarán en dos jornadas gastronómicas, una dedicada a la cocina gallegad, que tendrá lugar en junio y en la que contarán con la presencia del restaurante La Casa de las Cinco Puertas de Pontevedra. La segunda será en octubre y se centrará en la cocina de Cantabría. Vendrán a Cádiz cocineros del Boga Boga de San Vicente de la Barquera.

Asimismo el restaurante será el anfitrión de un importante encuentro en la provincia entre hosteleros de Barcelona y de Cádiz (más información aquí) y a lo largo del año se pondrán en marcha una serie de menús degustación en los que se irán recordando platos históricos del establecimiento. Asimismo en unos días comenzará a funcionar la nueva carta del restaurante. Esta se incluirá dentro de un díptico de gran tamaño donde se cuenta en forma de tbo la historia del establecimiento.

El Díptico fue presentado hoy con motivo de la presentación de los actos del 50 aniversario. Es una obra realizada por los artistas gaditanos Iñaki Blanco y Emilio Jiménez, los que crearon el famoso comic de Tintin paseando por Cádiz en colaboración con el humorista gráfico Ricardo Oliveros “Fritz”. A lo largo de 16 viñetas se va contando la historia del restaurante. Se comienza con una caricatura de Pepi Serrano y Gonzalo Córdoba, los fundadores. José Manuel Córdoba, que ideó el proyecto, señala que se recogen momentos importantes como cuando la taberna se amplió en 1972 y se transformó en restaurante. Para ello Gonzalo contó con la especial ayuda del maitre Antonio Barba, que le ayudó a “estilizar” el negocio. Hay también un momento para recoger la incorporación al Faro de tres de los seis hijos de Gonzalo y Pepi y termina con la celebración del 50 aniversario.

La portada es una caricatura de uno de los camareros más conocidos de El Faro, Diego Daza, que comenzó a trabajar en la barra del establecimiento en 1972 y aún sigue en el mismo puesto. El agradecimiento al personal de la empresa fue otra de las constantes en las intervenciones tanto de Gonzalo como de sus hijos. De hecho el próximo domingo el restaurante cerrará para celebrar la efemérides con la actual plantilla e incluso los antiguos trabajadores.

Horarios, localización, teléfono y más datos del restaurante El Faro, aquí.

El camarero Paco Daza con la carta especial del 50 aniversario, en cuya portada se reproduce una caricatura suya. Foto: Cosasdecome

Maite Córdoba, la actual gerente de El Faro, junto a su padre Gonzalo, con el plato estrella del establecimiento, sus tortillitas de camarones. Foto: Cosasdecome

 

 

 


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